https://doi.org/10.32870/zcr.v0i4.54

Pensamiento

El servicio social como recurso didáctico para intervenir la realidad social

Social service as a didactic resource to intervene in social reality

Adolfo Guzmán Lechuga
gl_adolfo@hotmail.com
Universidad Autónoma de Coahuila
Saltillo, Coahuila, México
María del Socorro Gabriela Valdez Borroel
gabos99@hotmail.com
Universidad Autónoma de Coahuila
Saltillo, Coahuila, México
ORCID 0000-0002-8627-013
Recibido: 10 de mayo de 2018
Aprobado: 17 de mayo de 2018
Publicado: 01 de julio de 2018
Resumen:

El texto presenta un esbozo de los orígenes del servicio social en México, como marco de referencia para el programa Compromiso Social de la EAP (Escuela de Artes Plásticas), de la ciudad de Saltillo, Coahuila, del que se describen las actividades destacadas y logros alcanzados por 20 estudiantes regulares y 113 voluntarios internos y externos, con 12 maestros de apoyo durante el periodo 2014-2016. También hace un recordatorio de los propósitos que dieron origen al servicio social en México y un llamado a la reivindicación del servicio como la oportunidad de adentrar al estudiante en la realidad social, a través del contacto con los grupos vulnerables y los problemas de su comunidad, lo que propicia un cambio de actitud y de autovaloración que el estudiante desarrolla al ofrecer el servicio.

Palabras clave: servicio social, compromiso social, Escuela de Artes Plásticas

Abstract:

The text presents an outline of the origins of social service in Mexico, as a frame of reference for the Social Commitment program of the EAP (School of Plastic Arts), in the city of Saltillo, Coahuila. It describes the outstanding activities and achievements of 20 regular students and 113 internal and external volunteers, with 12 support teachers during the period 2014-2016. It also makes a reminder of the purposes that gave rise to social service in Mexico and a call to the vindication of the service as the opportunity to introduce the student to the social reality, through contact with vulnerable groups and the problems of their community, what promotes a change of attitude and self-assessment that the student develops when offering the service.

Keywords: social service, social commitment, School of Plastic Arts

Introducción

l origen etimológico de servicio se encuentra en el latín servitium , y significa acción y efecto de servir, ser esclavo. Lleva el componente léxico servus (esclavo) el cual significa estar al servicio de alguien o algo. Por ello, los romanos llamaban servi servus a los esclavos que les servían en todas sus actividades. En la actualidad, servicio puede definirse como la acción mediante la cual un individuo provee de ayuda a otro(s) sin más interés que el de ser útil, es decir, prestarse a otro para que éste mejore o mejoren sus condiciones.

Por otro lado, la palabra social del latín socialis , significa perteneciente a una comunidad de personas. Lo social se asocia con la palabra socius (socio), la cual se refiere a un compañero (persona o institución), alguien con quien se establece una relación de ayuda o cooperación mutua. De este modo, se diría, lo que llamamos y se practica como servicio social tendría que ver fundamentalmente con las relaciones y modos de convivencia que se establecen entre entidades físicas o morales para generar un beneficio y crecimiento mutuo.

Con esta idea se desarrolló el programa de Compromiso Social de la EAP, el cual inició en el año 2014 y concluyó dos años después. El objetivo general fue dar apoyo a los grupos vulnerables, como una forma de retribución y cumplimiento del compromiso universitario de contribuir al engrandecimiento del país. Para ello, se trazaron dos objetivos específicos: Primero, practicar el trabajo colaborativo y voluntario del estudiante con la comunidad para formar un estudiante más humano. Segundo, educar al estudiante dando relevancia al desarrollo de la conciencia de las necesidades de su país, mediante la experiencia de apoyo a los grupos más necesitados. Ambos objetivos tienen la premisa de aplicar los conocimientos de diseño gráfico y artes plásticas en beneficio de instituciones y grupos.

Origen del servicio social en México

El servicio social en México tiene sus raíces en la época prehispánica con las comunidades que realizaban el trabajo de manera colaborativa, propiciando la asistencia y la solidaridad. Ya en la Colonia, el servicio toma un sentido más asistencial con los misioneros, quienes atenuaban las duras jornadas de trabajo de los indígenas con actividades que los sacaran de la pobreza. Ejemplos de ello fueron Fray Bartolomé de las Casas y Vasco de Quiroga, creadores del Hospital de Santa Fe, las escuelas de Santa Cruz de Tlatelolco y de San Pedro y San Pablo.

Para algunos, el servicio social define su sentido en los años 30 como respuesta al reclamo social de los sectores marginados producidos con la Revolución Mexicana. No obstante, existen otros antecedentes. En 1885, el Congreso de la Unión había creado la Escuela Normal de Profesores de Instrucción Primaria, un año más tarde, “en 1886 se presentaba y aprobaba un reglamento que establece el servicio obligatorio al Estado durante tres años después de terminada la carrera. Con ello se desarrolla el principio de una responsabilidad social pública” (Rodríguez López et al., 1997, p.16).

La Revolución Mexicana fue un movimiento que influenció la educación superior. Justo Sierra, promotor de la Reforma Integral de la Educación Mexicana, puso atención en la relación que existía entre las demandas sociales y la situación del país: La solicitud era de ayuda para los desfavorecidos y apoyo al desarrollo nacional. El Estado consideró que la educación sería el medio de transformación social, por ello en 1914 se establece el servicio social obligatorio para los universitarios, el cual inicia con la tarea de alfabetizar.

Las ideas acerca del servicio social toman un segundo impulso, que se refleja en los artículos 4° y 5° de la recién promulgada Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917). El Artículo 5° señala: “[…] Los servicios profesionales de índole social serán obligatorios y retribuidos en los términos de la ley con las excepciones que ésta señale. El sentido de estos artículos es que todo profesionista debe contribuir al desarrollo social”.

Más tarde, en 1929, durante la declaración de la autonomía de la Universidad Nacional, el servicio social gana relevancia como actividad de fomento al compromiso universitario y se consolida como el vínculo solidario con la sociedad en aras de apoyar el crecimiento socioeconómico. Así lo demuestra su ley orgánica del mismo año, donde se expresa que la universidad tiene como uno de sus fines “llevar las enseñanzas que se imparten en las escuelas, por medio de la extensión universitaria, a quienes no estén en posibilidades de asistir a las escuelas superiores, poniendo así la Universidad al servicio del pueblo” (Ley Orgánica de la UNAM de 1929, Artículo 1º). Con esta ley se realizaron los primeros trabajos que consistieron en otorgar “servicios gratuitos de profesores y estudiantes en campañas de alfabetización, instrucción cívica, conferencias de cultura general, bufetes jurídicos gratuitos con los estudiantes de Derecho y dispensarios médicos con los de Medicina” (Ramírez, 2012, p.p.281-283).

Durante el Primer Congreso de Profesionistas de 1934, Enrique Gómez Morín propuso institucionalizar el servicio social en todo el país con la intención de que el estudiante se vinculara y aplicara sus conocimientos. Según Castañon (2009), la propuesta resultó en un convenio entre la Universidad y el Departamento de Salud Pública, mediante el cual los estudiantes de medicina atendían a las comunidades pobres. Es así como las instituciones de educación superior, sobre todo de medicina, instalaron el servicio social atendiendo a las comunidades urbanas y rurales menos favorecidas.

Castañon (2009) refiere que, en 1940, el doctor Jesús Díaz Barriga formuló el Proyecto de Servicio Social para Estudiantes de Carreras Profesionales y lo presentó ante la Cámara de Diputados, de ello, un bloque parlamentario presentó una iniciativa que regularía las actividades de los pasantes en servicio social. Con tal reglamentación, a las Secretarías de Estado llegó una demanda importante de estudiantes que requerían prestar su servicio. De esta forma, a finales de 1960, desde la educación superior se impulsó “revalorar el servicio social en sus principios filosóficos, académicos y sociales, [con este fin, se] organizan diferentes eventos para sensibilizar a autoridades, maestros y estudiantes universitarios acerca del valor fundamental que tiene en sí mismo el servicio” (Castañón, 2009, p.30). De tales esfuerzos, en 1972 surgió el Primer Congreso Nacional para la Reforma del Servicio Social donde se propuso un organismo que lo coordinara, dicho organismo según Castañon (2009), nació de la Secretaria de Educación Pública, como Coordinación General de Servicio Social en 1972. Aunado a ello y como una acción más de apoyo, el Gobierno Federal creó la Coordinación de Servicio Social de Instituciones de Educación Superior en 1978 (Castañon, 2009). En la actualidad, organismos como la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior) ejercen una importante influencia en la reglamentación y organización del servicio social.

El servicio social en la actualidad

En la segunda década del siglo XXI, el servicio social en México es una obligación para los estudiantes de educación media y superior que desean obtener un título. Es una actividad extracurricular que se puede desempeñar una vez que se ha cumplido con el 70% de los créditos, se debe cubrir una cuota de 480 horas de trabajo en un periodo no menor a seis meses y no mayor a dos años. Esta obligación puede ser cubierta participando en los programas internos de la institución, los cuales pueden orientarse a la investigación, la docencia, el apoyo comunitario o el trabajo con comunidades indígenas. Fuera de la instituciones pero vinculadas a éstas, se encuentran los programas externos, los cuales son coordinados por instituciones y dependencias del sector público y social. Entre los más socorridos están la capacitación, el apoyo social, el apoyo a la salud, el apoyo cultural y recreativo, entre otros.

No obstante, es necesario recordar que el espíritu del servicio tiene que ver con una formación en la reciprocidad, la contribución y el compromiso con el desarrollo de los sectores sociales más débiles. Así lo confirma el Reglamento para la prestación del servicio social de los estudiantes en las instituciones de educación superior en la República Mexicana (DOF30/03/1981), el cual establece, primordialmente, desarrollar en el estudiante un sentido de moralidad, deber, correspondencia y preparación profesional. En su artículo 3ro., dice que el servicio social tendrá por objeto:

Desarrollar en el prestador una conciencia de solidaridad y compromiso con la sociedad a la que pertenece
Convertir esta prestación en un verdadero acto de reciprocidad para con la misma, a través de los planes y programas del sector público
Contribuir a la formación académica y capacitación profesional del prestador del servicio social. (Diario Oficial de la Federación, 30/03/1981)

El reglamento, en su artículo 7º, señala que “la prestación de este servicio, por ser de naturaleza social, no podrá emplearse para cubrir necesidades de tipo laboral o institucional, ni otorgará categoría de trabajador al prestador del servicio” (Diario Oficial de la Federación, 1981) Por tanto, el servicio deberá atender actividades de beneficio social y no de conveniencia económica para la institución. Más aún, el artículo 11 del reglamento indica que “el servicio social deberá cubrirse preferentemente en aquellos planes y programas que establezca el Ejecutivo Federal y que contribuyan al desarrollo económico, social y cultural de la Nación” (Diario Oficial de la Federación, 30/03/1981).

Siguiendo el principio de un servicio social forjador de la conciencia solidaria con los grupos vulnerables, la Ley Reglamentaria del Artículo 5° Constitucional relativa al ejercicio de las profesiones en el distrito Federal, Capitulo VII, Artículo 53°, lo define como: “el trabajo de carácter temporal y mediante retribución que ejecuten y presten los profesionistas y estudiantes en interés de la sociedad y el Estado” (Diario Oficial de la Federación, 26/05/1945, última reforma 19/01/2018). De igual modo, en su reglamentación y legislación, dice que en casos de desastres naturales, el Gobierno Federal podrá disponer de los profesionistas en activo. De este modo, el servicio social es considerado como un apoyo humano para la solución de problemas y el desarrollo del país, “tales como el analfabetismo, el rezago educativo, la salud pública, la construcción de vivienda, el apoyo a la agricultura y la industria petrolera” (Castañón, 2009, p.28).

Para la ANUIES 1, el servicio social complementa la educación del estudiante y articula el trabajo entre las instituciones educativas, estudiantes, dependencias del Gobierno, sectores productivo y social. Este organismo considera que el servicio social como el “acercamiento de las instituciones de educación superior con la sociedad; desarrolla valores y favorece la inserción al mercado de trabajo, además es una actividad integral comprometida con los problemas sociales para coadyuvar al desarrollo del país” (ANUIES, s./f.).

Si bien es cierto que el servicio social tiene profundas raíces históricas que lo relacionan con el apoyo a los sectores sociales vulnerables, también es cierto que es un requisito administrativo; no obstante, es necesario que las instituciones procuren hacer conscientes a los estudiantes del deber moral y retributivo que implica el servicio social, además de la importante contribución que hacen al país al cumplir con esta obligación.

Para la mayoría de los estudiantes, el servicio social es un trámite que se debe cubrir lo antes posible. Para lograrlo, se hace todo lo necesario, como buscar algún amigo o conocido que pueda ayudar a liberarlo para desligarse de esa obligación lo antes posible.

Es cierto que el estudiante no da importancia a esta experiencia para su formación y que las instituciones tienen responsabilidad al no emplear de manera correcta a los prestadores de servicio, ello contribuye a no hacer consciente al estudiante del significado del servicio social en su formación. “Es común ver prestadores de servicio social que lo llevan en las mismas universidades, haciendo trabajos en: oficinas de algún administrativo u investigador haciendo papeleo, (…), en las bibliotecas acomodando libros, en los laboratorios haciendo inventario y aseo”. (Tapia, septiembre de 2011).

En la actualidad, el servicio social dentro de las instituciones esta desestimado como medio de retribución y aportación que el estudiante puede hacer al desarrollo del país, de ahí que busque realizar cualquier actividad para reunir horas, ignorando el compromiso con la nación. El estudiante se esta formando con la idea de sólo cumplir con el requisito institucional y desconoce el significado que tiene en su educación. Las instituciones debieran refrendarles dicho significado, por ejemplo, la contribución relacionada con valores, civismo y responsabilidad que lo sensibiliza y lo prepara para reconocer los problemas sociales de su comunidad, además del aporte de prestigio académico a su persona y a la institución.

Las instituciones de educación contribuyen de manera inconsciente a la desestimación de las repercusiones que el servicio puede lograr en la vida cultural, social y económica del país. No respetar los enfoques de formación y egreso del estudiante en sus programas de servicio social es una de las respuestas a la situación. Cada institución da una orientación al servicio social, la cual no siempre esta en sintonía con el perfil de egreso de los estudiantes. El enfoque se plasma en las cartas de operación de la institución, sin embargo, en la práctica, muchas veces no se cumple, ya que las actividades que se realizan sólo llevan beneficio al interior de la institución y no contribuyen al desarrollo comunitario ni tienen repercusión en la educación solidaria del estudiante.

Una institución educativa que en sus documentos propone un enfoque coherente con la esencia del servicio social es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Según su página de Internet, el servicio es una actividad en la que se “consolida la formación profesional y se fomenta en el estudiante la conciencia de solidaridad con la comunidad, la sociedad y el país” (UNAM, 29 de junio de 2018). Este es un enfoque altamente humanista y retributivo.

Otra institución que hace lo mismo es la Universidad Autónoma de Coahuila, la cual propone entre sus objetivos especificos “consolidar la formación de valores, conductas y actitudes de solidaridad y conciencia social”, ello de la mano del objetivo de, “colaborar, desde la academia universitaria, en la solución de la problemática socioeconómica actual y a la solución de las necesidades de la comunidad” (Universidad Autonóma de Coahuila, s./f.). Este es un enfoque formativo en los valores.

La cuestión radica en si verdaderamente, más allá de estos ejemplos, todas las instituciones universitarias ponen en práctica lo enunciado y creen en la contribución que tiene el servicio a la vida social y económica del país, además de la aportación al desarrollo de los valores humanos del estudiante y el prestigio que da a la institución el colaborar con el desarrollo social.

Resultados de los proyectos destacados en el programa Compromiso Social EAP durante el periodo 2014-2016

En la EAP se creó un programa de responsabilidad social al que se integraron los alumnos de la licenciatura en diseño, con el objetivo de que participaran de forma activa apoyando a la comunidad en general, mediante proyectos organizados y eventuales, fomentando la formación del trabajo colaborativo y voluntario. En el proyecto participaron 20 estudiantes regulares y 113 voluntarios internos y externos, con 12 maestros de apoyo.

El método con el que se trabajó fue el siguiente: primeramente se planteó el objetivo del programa de compromiso social invitando a los alumnos que mencionaran las actividades que querían realizar, que asociaciones apoyarían y con qué actividad, así se desarrolla el programa de trabajo y su cronograma de procedimiento, materiales que se llevarían, encargados. Durante el desarrollo de la planeación y la ejecución se lleva un cuaderno para controlar todos los pasos del evento, al finalizar cada una de las actividades, se hacía un circulo y de manera cualitativa se preguntaba a los estudiantes, cómo se sentían, qué habían obtenido con la experiencia y qué dejaba la vivencia que impactaría en su vida a partir de ese momento; y los chicos entonces exponían de manera abierta su comentarios. Al finalizar el servicio social el estudiante entregaría un reporte de participación para tener evidencia de su trabajo, que tuviera los datos generales de la actividad, su participación y fotografías como memoria del servicio.

La planeación organizada de eventos permitió dar apoyo a la sociedad, solidarizándose con la comunidad en fechas conmemorativas como día del niño, del adulto mayor, entre otras, dando asistencia a casas hogar infantiles, asilos de ancianos, ejidos, y a eventos que se presentan de urgencia nacional por desastres naturales. Los proyectos variaron en su duración y requirieron de gestión, trabajo previo a la realización del evento, participación durante el tiempo del acontecimiento y al concluir, actividades de limpieza y organización de espacios.

Dichos proyectos consistieron en la asistencia a asociaciones altruistas con actividades para recabar fondos en especie o bien, realización de actividades de apoyo según fuera necesario: con trabajo de diseño para las asociaciones que tuvieran necesidad de publicitarse al exterior y carecieran de identidad corporativa, así como con el manejo de medios de comunicación en redes sociales, elaboración de banners y publicidad social.

Para establecer la comunicación entre el programa y la comunidad, la primera acción que se tomó fue crear la identidad gráfica del proyecto, la cual surgió de un concurso organizado en la materia de Investigación en Diseño, en donde el objetivo primordial era el representar el compromiso que tienen los jóvenes de la EAP con la sociedad en un isologotipo que tuviera como base la ayuda de corazón e incondicional entre los seres humanos, así como el manejo del color corporativo de la EAP (Figura 1). Como segunda acción de comunicación, se abrió una cuenta en la red social de Facebook, a fin de tener un espacio en las redes sociales para comunicar a través de material informativo y testimonial, videos, invitaciones, resumen de eventos y comunicados (Figuras 2 y 3).

 Logotipo

Figura. 1 Identidad Programa Compromiso

 Banner

Figura. 2 Banner Facebook “Padrinos”

 Banner

Figura. 3 Banner Facebook Social EAP. Autor: David Alva STREET STORE

STREET STORE (Tienda de la calle)

Este proyecto propuso la dignificación de las personas que viven en extrema pobreza, haciendo que éstas vivieran la experiencia de una boutique: cada persona visitaría la tienda y escogería prendas de vestir y calzado de su talla y de acuerdo a sus carencias, para poder así cubrir la necesidad primordial de vestido. La actividad se realizó de octubre a noviembre del año 2015. La contribución consistió en el acopio de ropa, calzado, juguetes y cobijas para adultos, niños y bebés. Se clasificaron por tipo, talla, sexo y se entregaron en la tienda vial (Figuras 4 y 5). En opinión de los estudiantes, con este servicio comprendieron que toda ayuda, ya fuera en tiempo o especie era relevante, porque desarrollaba el sentido de solidaridad por aquellos que no tienen; asimismo, permitió conocer a otras personas que también quieren servir o ayudar. Alondra Borrego, de quinto semestre, dijo: “Es una de las experiencias más gratificantes que un joven puede vivir. Recolectar ropa y pedir donaciones implica pensar en las personas y desear obtener algo bueno para ofrecerles. Ver la emoción de la personas cuando les das algo que de verdad necesitaban es de las mayores recompensas”.

 Varias personas

Figura. 4 Street Store

 Varias personas

Figura. 5 Street Store

Elaboración de piñatas

Durante todo el año del 2015 y a la par del resto de las actividades de servicio, se realizó la producción de piñatas, con el fin de donarlas a instituciones altruistas que ofrecen posadas a los grupos vulnerables y a escuelas que visitan los ejidos. En la actividad, se utilizó la piñata como símbolo de la cultura mexicana, como elemento de convivencia y unión entre las personas. Los estudiantes reportaron haber experimentado un sentimiento de entusiasmo al saber que las piñatas llevarían felicidad y fomentarían la unión entre las personas. El servicio social implicó diseñar piñatas con materiales donados (harina, periódico, rafia, papel de china, bolsa de harina y caja de cartón). Según los estudiantes, la actividad les hizo comprender la trascendencia del reuso. Con el sentido ecológico de este trabajo, los estudiantes desarrollaron la conciencia del doble uso de materiales (Figuras 15 y 16).

 Varias personas

Figura. 6 Elaboración de piñatas EAP

 Niños

Figura. 7 Elaboración de piñatas EAP

Ejido El Cedrito

Este proyecto de servicio social realizado durante el mes de diciembre del año 2015, consistió en la recolección de ropa, juguetes y zapatos para el ejido El Cedrito. Dichos artículos se entregaron durante un evento de convivencia, donde hubo juegos, piñatas y alimentos. Se montó además, un área con el servicio gratuito de corte de cabello, contribuyendo a la formación del joven al experimentar el tipo de vida que existe alrededor de las grandes urbes, en donde existen servicios a los que esta población tiene poco o nulo acceso. Los estudiantes consideraron la experiencia como “recibir más de lo que se dio”. Refirieron que por su cuenta sería difícil experimentar la solidaridad y la empatía por las necesidades de otros, por ello consideraron que recibieron más. Expresaron satisfacción por el servicio, pues dijeron haber experimentado sensibilidad y humanismo hacia otros. Dalia Molina de quinto semestre comentó: “El servicio me ayudó a formar mi espíritu y darme cuenta de que sirvo para algo y puedo ayudar a otros. Me ayudó a dejar todos mis pensamientos de lado y enfocarme en hacer el bien sin esperar nada a cambio. El servicio me ha hecho sentir que soy una mejor persona” (Figuras 17 y 18).

 Varias personas

Figura. 8 Ejido el Cedrito

 Varias personas

Figura. 9 Ejido el Cedrito

Asilo del Buen Samaritano

La actividad realizada durante el mes de diciembre del año 2015 y enero del 2016, consistió en la colecta de medicamentos y artículos de limpieza en apoyo al servicio que da la Sociedad Mutualista de Saltillo al asilo. La entrega se acompañó de una posada con piñatas y cena. Se buscó que los estudiantes acompañaran a los ancianos, pues dicha experiencia ofrece una perspectiva de humor, sencillez y humildad para afrontar la vida, ya que los ancianos consideran que las limitaciones físicas no son impedimento para transmitir a otros fortaleza espiritual, gratitud y felicidad por la vida. Mariana Cruz de séptimo semestre dijo: “La experiencia de visitar el asilo fue una de las prácticas más formativas en mi vida, ya que conocí la realidad a la que se enfrentan los adultos mayores en nuestra comunidad. No sabemos como terminan los adultos” (Figuras 21 y 22).

 Persona rompiendo una piñata

Figura. 10 Asilo Buen Samaritano

 Varias personas

Figura. 11 Asilo Buen Samaritano

Asilo de niñas del Buen Pastor

La institución recibe niñas violentadas, abandonadas o que no pueden ser criadas por sus familias y son asignadas a este asilo para su recuperación. En este lugar, reciben atención psicológica, acompañamiento religioso, así como el de sus familias que, para recuperar a las niñas, necesitan ser atendidas también. La actividad se llevo acabo en el mes de febrero del año 2016.

El objetivo del proyecto fue la convivencia. Se diseñó un día especial con actividades de recreo y alimentación que les permitieran a las niñas la socialización sana. La participación de los estudiantes se realizó mediante la organización de las siguientes actividades: espectáculo de aros, kermes, juegos, clase de arreglo personal y una cena. Para amenizar los eventos, los estudiantes se disfrazaron de distintos personajes. La EAP apoyó con la donación de ropa y artículos de aseo personal (Figura 12).

Según comentaron los estudiantes, organizar y ejecutar la actividad les permitió reconocer a la propia familia. La experiencia de convivir y conocer la vida de las niñas, les ofreció un testimonio de vida y esperanza que les hizo valorar su vida en familia. Además de la convivencia, se rediseñó la identidad de la institución y sus aplicaciones: rotulado de vehículos, lona exterior y página de Facebook (Figuras 13 y 14).

 Varias personas

Figura. 12 Convivencia en asilo.

 Logotipo

Figura. 13 Logotipo Asilo de niñas.

 Publicación Facebook

Figura. 14 Perfil en Facebook

Hospital General de Saltillo

La contribución consistió en rediseñar un sistema de señalética proporcionando a los alumnos la experiencia de combinar su carrera profesional con la ayuda altruista, para ello se realizó una investigación de campo mediante pláticas con la administración y trabajadores, observaciones y entrevistas con usuarios. Al final de febrero del año 2016, se ofreció una propuesta gráfica que generara certeza en los desplazamientos y una personalidad propia al Hospital. Para los estudiantes, la experiencia de trabajar para un Hospital fue otra forma de servir a más personas. Con esa idea, la propuesta gráfica que se entregó al Hospital quedó como una muestra del servicio y atención que es posible ofrecer para atender otras necesidades sociales (Figura 23).

 Señalética de un hospital

Figura. 15 Señalética para el Hospital General en Saltillo, Coahuila.

Asistencia y Ropero del Pobre. A.C., Asilo de ancianos

En este proyecto de servicio social durante el mes de febrero, marzo y mayo del año 2016, la contribución de los estudiantes consistió en una colecta de pañales, toallitas húmedas, artículos de aseo personal, medicamentos, alimentos especiales y dulces para los 80 ancianos de esa institución. Se buscó la convivencia y la concientización de los estudiantes acerca del valor de las personas de la tercera edad como miembros importantes y fundamentales dentro de la familia. En el asilo se organizaron trabajos de pintura, arreglo de uñas, juegos con piñatas y cena. Según testimonios de los estudiantes, la convivencia con ancianos genera crecimiento humano. Ocuparse de ellos les pareció un acto de humanidad y humildad. La convivencia les aportó un sentido de tolerancia hacia las personas adultas. Dijeron haberse llevado una sensación de esperanza, pues descubrieron hay más personas que los apoyan. Graciela Ávalos de cuarto semestre dijo: “El servicio me abrió los ojos para conocer cómo viven los adultos y conocer su vida. Pienso que no somos agradecidos con nuestros padres, no agradecemos el esfuerzo y sacrificio que hicieron por nosotros. No debemos desentendernos de los adultos mayores en nuestros hogares ni en nuestro entorno. Debemos ser activos en nuestras comunidades” (Figuras 13 y 14).

 Dos personas platicando

Figura. 16 Asilo y ropero del pobre.

 Dos personas platicando

Figura. 17 Asilo y ropero del pobre

Casa Hogar de los Pequeños Niños San José

El servicio prestado a los 75 niños de la Casa Hogar durante el mes de mayo del año 2016, consistió en una mochila con útiles escolares para cada uno, donada por ciudadanos. El objetivo fue convocar y comprometer a los jóvenes en la provisión del material para que los niños continuaran sus estudios con el material mínimo indispensable, pero también se les pidió que cada donante escribiera una carta motivadora para cada niño a fin de que continuaran preparándose mediante su formación educativa. Dichas cartas se entregaron junto con las mochilas durante el festejo del Día del niño, donde hubo juegos, piñatas y merienda. Además del festejo, se realizó una donación de artículos de aseo personal.

Los jóvenes compartieron que la experiencia de ser el medio de conexión entre los que necesitan ayuda y los que pueden darla, les planteó alternativas de solución para algunos problemas sociales. Convocar a otras personas les dio fortaleza y mayor alcance en el servicio. Miguel Vargas, estudiante de quinto semestre opinó: “La experiencia que viví con los niños fue gratificante, me ayudó a darme cuenta que podemos hacer mucho más por quienes necesitan. Pequeños gestos o eventos pueden brindar alegría a otros. Compartir lo que tenemos nos hace más grandes y nos cambia la visión que tenemos del mundo, nos ayuda a sensibilizarnos para crear un mundo mejor para todos” (Figuras 19 y 20).

 niños comiendo

Figura. 18 Casa Hogar Niños San José

 niños

Figura. 19 Casa Hogar Niños San José

Ejido El Prado

La actividad en el ejido se realizó todo el mes de diciembre del año 2016 en convivencia con las familias del lugar, a través de una “Posada navideña”, en la que se ofrecieron alimentos, dulces y piñatas recolectados por los estudiantes y aportaciones de la EAP, el objetivo fue compartir los alimentos con personas de escasos recursos, llevarles actividades de recreo como es pegarle a la piñata y platicar con las familias que con mucha alegría participaron ese día. Con este servicio, los estudiantes reconocieron cómo los esfuerzos coordinados hacen posible llevar alegría y esperanza a personas que viven en lugares alejados y olvidados. (Figuras 6 y 7)

 Varias personas

Figuras. 20, 21 Ejido del Prado

VIII Colecta Anual de los Bomberos de la región sureste de Coahuila

Se realizó servicio social en la campaña de recolección titulada “Ahora nosotros te llamamos a ti” en el mes de noviembre del año 2016. Los estudiantes se ubicaron en cruceros y plazas de la ciudad de Saltillo, Coahuila para realizar la colecta, que permitiría a los bomberos obtener recursos para el equipamiento de los mismos en cuanto a trajes especiales equipo y vehículos que es permitan llevara acabo acciones de salvamento y apoyo a la comunidad en peligro por un incidente. Por los logros obtenidos en este servicio, los bomberos solicitaron que los estudiantes de la EAP participen en todas las colectas. Además, refrendaron la invitación para realizar las prácticas profesionales en la producción de sus campañas de identidad gráfica y difusión (Figuras 8 y 9).

 Dos personas

Figura. 23 Colecta de Bomberos

Conclusiones

El servicio social es un aspecto fundamental en la formación del estudiante, pues le despierta la práctica de los valores humanos y actitudes de participación y compromiso por su entorno social. Para las instituciones de educación superior, el servicio es la oportunidad de contribuir al enriquecimiento del programa educativo, así como de proveer al estudiante, desde la realidad, los conocimientos que le ayudarán a comprender su entorno social.

Considerar el servicio como elemento de trascendencia en la formación del estudiante, lleva a diseñar programas más acordes con los perfiles de egreso en cuanto a las demandas de los empleadores y las necesidades sociales, ya que el servicio social vincula al estudiante con la sociedad, en donde adquiere experiencias que permiten desarrollar responsabilidad y compromiso, actitudes de un individuo útil socialmente por sus habilidades para intervenir el entorno y mejorarlo.

El servicio social forma parte de un triángulo armónico en el que cada uno de sus tres vértices tiene la misma relevancia: en un vértice se encuentra el estudiante con sus conocimientos y trabajo; en otro, la institución que propone los programas donde el estudiante se involucrará con la realidad, y en uno más, la sociedad que recibe los beneficios. Esta figura ofrece formación integral al estudiante, pues la dimensión profesional es tan importante como la dimensión humana y ambas se encuentran integradas en los planes de estudio que consideran formar no sólo “ profesionales calificados ”, sino personas responsables y comprometidas, profesionales de visión humana, que desde su área de formación intervengan para mejorar la realidad social y económica del país.

Considerando los reportes de los estudiantes y los comentarios generados en las pláticas con los maestros al final de cada servicio, permiten suponer sin asegurar que, las experiencias vividas por los estudiantes se convertirán en crecimiento humano, sentido de retribución, conocimiento de la realidad social y transformación personal. Ello constituirá la evidencia de que los objetivos se alcanzaron, sin embargo, las consecuencias de esas experiencias no serán visibles en lo inmediato sino en el largo plazo, cuando cada estudiante desde su espacio de participación profesional y social, refrende los valores adquiridos durante el programa de servicio social. De los resultados del programa sobresale el despertar en los estudiantes la actitud de interés por mejorar algún aspecto de la población más necesitada, ello refrenda su compromiso con el desarrollo del país. Así también, destaca la actitud de compromiso con su comunidad como un valor que les da razón de ser. A la par desarrollaron un aprecio por la dignidad humana y el entendimiento de cómo sus conocimientos pueden contribuir a mejorar la vida de otros. De este modo, se puede esperar que, en un futuro, esos estudiantes ya convertidos en profesionales e integrados al campo laboral, realicen aportaciones para resolver la problemáticas de su comunidad, confirmando al servicio social como parte del proceso de formación del estudiante que en el futuro hará contribuciones al desarrollo nacional.

Notas al pie

1 Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.

Referencias

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Sobre el autor

Guzmán Lechuga Adolfo

Dr. en Arquitectura, Diseño y Urbanismo por la UAEM., Maestro en Artes Visuales, Comunicación y Diseño Gráfico por la Academia de San Carlos- UNAM y Lic. en Diseño Gráfico por la FAD-UNAM.

Miembro del cuerpo académico Expresión Visual de la Escuela de Artes Plásticas “Rubén Herrera” de la UA de C. Trabaja las líneas de investigación: Imagen, comunicación y cultura. Y Tecnología y procesos creativos del discurso visual. Es profesor en la misma escuela e imparte las materias de Tipografía y los Talleres de Investigación y Producción I y II.

Valdez Borroel María del Socorro Gabriela

Maestra en Metodología de la investigación por la UA de C y Lic. en Diseño de la Comunicación Gráfica por la FAD-UNAM.

Miembro del cuerpo académico Expresión Visual de la Escuela de Artes Plásticas “Rubén Herrera” de la UA de C. Trabaja las líneas de investigación: Imagen, comunicación y cultura. Y Tecnología y procesos creativos del discurso visual. Es profesor en la misma escuela e imparte las materias de Teoría y percepción del color, Envase y embalaje y Factores económicos para el diseño.